Tengo todo lo que
quiero, a la hora que quiera y el día que me dé la gana. Y cuando digo todo, me
refiero a todo; dinero, buenos coches, muy buenas inversiones, una buena
familia de buen nombre y preciosas mujeres que me esperan aun sin ser invitado.
No soy un hombre de palabras, soy más de
acción, lo que veo que me gusta lo quiero y nunca acepto un no como respuesta, y por suerte, nunca
obtengo un no como respuesta.
Mi vida se rige con una seguida de control
absoluto.
Trabajo, sexo, descanso, sexo, diversión,
sexo y vuelta a empezar.
Tengo mis propias normas y respeto lo que
me rodea siempre y cuando, a mí también me respeten. Mis obligaciones son
sumamente oficiales, nunca sentimentales y jamás lo serán.
Sé que no soy un buen hombre, y que mucha
gente piensa que soy un cabrón sin corazón, que por mis venas no corre sangre,
y que mi alma se la vendí al demonio hace muchos años. Tal vez tengan razón, mi pasado es un recuerdo que he tratado
de reprimir toda mi vida y lo he conseguido, a base de seguir mis propias leyes
y jamás entablando un lazo que no fuera meramente profesional.
Pero entonces, mi preciosa fantasía de ojos
negros, lo complicó todo.
Ella era mi juguete, parte de mi
responsabilidad y una mujer que me estaba volviendo loco, y con la que nunca
podía tener algo más estrecho que la simple relación que le podía ofrecer.
Ella, por supuesto, quería algo más de mí,
todo de mí, y yo, como un integro idiota siempre me negué haciéndola callar a
mi manera, contratacando con mi cuerpo contra el suyo, una y otra vez. La misma
táctica que sabía que funcionaría, y la misma técnica que usaba con todas las
mujeres, ya que, en un principio, ella solo era una mujer, un poco más
especial, pero una simple mujer insignificante.
Insignificante para mí… tenía su gracia.
Nunca le había dado mucha credibilidad a
eso de que:
<<
Nunca te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes. >>
Increíble, ahora sí que
me lo creía. Estaba a punto de perder a Gaela, por mi culpa, y no tenía ni idea
de que hacer, de cómo detener todo esto, o de como retenerla a ella.
Solo deseaba volver al pasado y cambiarlo
todo para que ella no me dejara por él.
Pero era demasiado tarde. Me había
comportado como un cerdo durante la mitad de mi vida, y la vida me daba un
escarmiento.
Ella se iba.
Mi fantasía de ojos negros, me abandonaba.
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